La intimidad jamás es íntima
ni la comunión de cuerpos es tal.
Somos siluetas deseantes
dibujando estructuras paranoides,
implorando nuestra propia clemencia
sonriendo al autodestruirnos.

Cómplce inexacta de la existencia
deseo morir aun amando.
Padecerme,padecerte
reviviendo aquello último fantaseado
infelices como siempre
decorando nuestras pieles con insatisfacciones
tuyas
mias
de nadie.

Nombrar,renombrar
usurpando ejercicios situacionales
siempre yo,purpura ,
desmereciendo el ritual de no ser nada
y pertenecernos.


pia 07/03/06